Para algunas personas puede sonar como un cliché o incluso retrógrada decir que el día de su boda es el más esperado de su existencia, pera cuando tienes en tu contra estereotipos de género, una cultura conservadora y machista y un sistema que constantemente te pone, la incertidumbre es tanta y la espera tan larga que es imposible no darle la importancia que se merece.
Darynka Olmos Zermeño y Karina Leyva Garzón esperaron 9 años para casarse, desde el momento en que se conocieron y empezaron salir como pareja hasta el 8 de noviembre que finalmente su sueño se hizo realidad.
“Claro que toda mujer sueña con este día”, dijo Darynka, de 31 años, con lágrimas en los ojos durante la prueba de su vestido de novia, donde por primera vez se vio como una “verdadera novia”.
Lee aquí la primera parte de su historia: Darynka y Karina, un matrimonio que revoluciona al país
Ellas son la primera pareja igualitaria en recibir una resolución anticipada al juicio de amparo con el que buscaron obtener la licencia para casarse en Sinaloa, un estado donde el matrimonio igualitario no está legislado (que no es lo mismo a que sea ilegal, simplemente no existen leyes ordinarias que lo avalen, por ello que el juicio de ampara sea el recurso necesario para alcanzarlo).
“Ellas como dos mujeres que desean casarse y tienen la imposibilidad de hacerlo en cualquier lugar de la República, ya que solamente 9 de los 32 estados de la República tienen legislado el matrimonio igualitario”, comentó Daniela Montserrat De Alba, Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, quien ayudó a formar el equipo legal que apoyó a Darynka y Karina en su juicio de amparo.
Es decir, que por primera vez en la historia de Sinaloa, donde ya hay registro de cinco bodas civiles igualitarias (en Los Mochis, Culiacán y Mazatlán), el caso se resolvió en menos de 6 meses y con la posibilidad de apartar anticipadamente una fecha en el Registro Civil con la certeza de que su resolución sería a favor.
Pero incluso para ellas, que han sido pareja durante tanto años, el matrimonio parecía algo descabellado, algo imposible y, por lo tanto, algo que decidieron postergar… hasta que Karina decidió arriesgarlo todo y darle un anillo a Darynka con la espera de su respuesta fuera “sí”, sobre todo tomando en cuenta que años atrás hubo un intento de propuesta fallida.
“Me siento muy contenta, porque pues igual dijeras tú la primera vez pues falló, y la verdad esta mujer no sabía con qué me iba a salir, pero la segunda vez… pues ya aquí estamos”, expresó Karina, de 35 años, entre risas de complicidad con su amada.
Si bien Darynka admitió que la idea de casarse la tomó desprevenida, la emoción no tardó en manifestarte en el momento en qué Karina le presentó el anillo, pues su ilusión fue tanta que inmediatamente lo colocó en su dedo y entre risas tuvo que admitir que era obvio que eso era un gran y definitivo “Sí”.
“Al principio, fue un choque”, dijo Darynka, “pero yo ya sabía que ella era la indicada, y dije nosotras vamos a estar juntas hasta dónde tengamos que estar, hasta donde nuestro amor nos permita, independientemente de quién se interponga, quién no, a quién le guste, a quién no, y aquí estamos. Aquí seguimos”.
Para su familia, que siempre las ha apoyado, el simple anuncio de la boda fue digno de celebración, pero a la vez de gran conmoción, pues la pareja se mostró discreta en cuanto a los preparativos y, sobre todo, en relación a su vestimenta de ese día.
“Yo no sé cómo van a ir vestidas”, dijo alarmada y entusiasmada María del Carmen Zermeño Estarrona, mamá de Darynka.
“Al principio cuando recién nos dijeron empezaron las nietas ‘Ay quién se va a vestir de hombre, quién se va a vestir de mujer y que esto y que el otro’. La verdad no sé, si las dos de blanco, no sé, es una incógnita, que no nos quieren decir nada”.
Pero Darynka lo tenía claro.
“Yo siempre le dije ‘yo sí me quiero casar, yo me sueño casarme con el tutú de blanco, y todo’. Entonces el hecho de que ya vaya a ser para mí me tiene emocionada”, comentó.
Ese día, 8 de noviembre, en la ceremonia civil, que se llevó a cabo en las oficinas del Registro Civil 02 de Mazatlán, ambas llegaron con jeans y blusas casuales, pero en la noche durante el verdadero festejo se les vio entrar de blanco, con vestidos largos que para sorpresa de los asistentes y para comodidad de ellas se convirtieron en versiones de cóctel al remover la falda superior.
La ceremonia fue pequeña, sin muchas presunciones, solo familiares y amigo cercanos, con centros de mesa coloridos alusivos a la bandera LGBT y con un pastel que llamaba la atención de todos por tener los colores de la bandera y dos figurillas de mujeres con réplicas casi exactas a las de sus vestidos.
Ante todos sus seres queridos la pareja pronunció sus votos que hicieron llorar no sólo a las novias sino también a más de uno de los asistentes, y plasmaron en un cuadro sus huellas digitales con tinta multicolor junto a sus nombres, a los pies de un dibujo de árbol que pronto se ve forrado con hojas representadas por las huellas de todos los asistentes.
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“Siempre voy a estar para ti, para amarte y respetarte y si tenemos niños para cuidar de nuestros niños juntas, y ser una familia y ser una familia como siempre habíamos soñado”, expresó Darynka con lágrimas en los ojos.
Si bien la pareja ya contrajo matrimonio, el recurso de suspensión de plano que les fue negado y que planteaba la posibilidad de recibir una sentencia a su amparo en 24 horas aún se encuentra en revisión de la Suprema Corte de Justicia.
De resolverse que la propuesta de otorgar suspensión de plano es viable, se crearía un precedente para que todos los matrimonios igualitarios que tengan que acudir al juicio de amparo en el País puedan otorgarse de manera inmediata y no en el término de meses, lo cual representa un paso más hacia la verdadera igualdad de derechos.
Hasta el momento de la publicitación de esta nota y este video, la Suprema Corte de Justicia no se había pronunciado a favor o en contra de dicho recurso; sin embargo la pareja ya se ha convertido en un modelo a seguir para muchas otras que derrotadas ante el sistema se veían obligadas a viajar a estados donde el matrimonio igualitario sí está legislado para contraer matrimonio.
“Una muchacha que se acercó y me dijo ‘Oye, de verdad te agradezco toda la lucha que estás haciendo, porque gracias a ti ya me voy a poder casar yo’, y no sabes lo que sentimos, porque es de esas cosas que se siente que te lo dicen de corazón”, expresó Darynka.
“Nos sentimos muy contentas porque no es sólo algo para nosotras, es también para que las demás parejas ya no tengan que batallar, como lo hicimos nosotras”, agregó Karina.
Esta es su historia. Este es su final feliz, porque sin importar lo que el resto del mundo opine, el recuerdo de esa noche, de ese baile lento, ambas vestidas de blanco jurándose amor eterno ante sus seres queridos, eso… nadie podrá arrebatárselos.
Y ahora además hay un papel que lo avala y obliga al resto a respetar esa unión, les guste o no.
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