El Zurdo Ramírez y la pelea de la vida

Por: Olivia Guzón

Publicado en Deporte, Vídeos el Viernes 22 Junio 2018, 4:46 Pm

Han pasado unos 15 años desde que visitó su antigua escuela primaria. Desde niño supo que quería ser alguien exitoso en la vida y ahora regresa al lugar que lo vio crecer siendo campeón mundial.

Mientras recorre las viejas instalaciones no puede evitar que los recuerdos le vengan a la mente: los amigos, los juegos, las “pinteadas” que se daba para ir a su casa, y… las peleas. Sí, porque ahí fue donde por primera vez tiró un golpe.

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De ahí, de la Primaria Ramón López Velarde, en la colonia Genaro Estrada, en Mazatlán, Sinaloa salió Gilberto Ramírez, el campeón Súper Medio de la Organización Mundial de Boxeo, mejor conocido como “El Zurdo” por su hábil siniestra.

Y es que si algo bueno salió del clima de violencia que inundaba su colonia durante su infancia, fueron sus “agallas”: sus ganas de pelear y de defenderse.

“Todos los días me defendía, todos los días ya que era un barrio bravo, como todos, pero en ese tiempo era mucho de los cholos”, comenta Gilberto. “Me tocaba mucho que saliendo de la escuela siempre nos peleábamos por cualquier cosa... Yo creo que de ahí me salió lo boxeador porque siempre me gustó estar involucrado en pleitos”.

Así fue como todo inició; a sus 12 años entró a clases de boxeo en el gimnasio Dr. Solórzano, en el centro de la Ciudad, para aprender uno que otro golpe que le ayudaran a salir vivo de los pleitos entre cholos.

“Yo creo que de ahí también, de la Genaro Estrada, sale la persona que soy ahora que no cambio por nada, si pudiera regresar el tiempo y cambiar algo no cambio nada porque eso me hace ser la persona de ahora, de querer siempre más”, expresa el campeón invicto tras 37 peleas.

Irónicamente conforme más aprendía a dar golpes, menos participaba en las peleas, pues sus adversarios ahora reconocían su habilidad.

“Fue como tranquilizarme, tranquilizarme y también como que nos empezaban a respetar más, era como que decían ‘Él ya sabe pelear, entonces ya no había un pleito sin razón alguna”, explica.

Hoy, los golpes los da sólo en el cuadrilátero, pues sabe que sus manos son armas blancas que pueden no sólo herir sino hasta matar.

“Siempre hay que estar tranquilo, porque no falta quien te falte al respeto, quien te diga de cosas, y me da miedo lastimar a alguien”, admite El Zurdo. “Por eso siempre trato de evitar todo eso, evitar los pleitos, un coraje o el enfrentamiento con una persona”.

A pesar de ser un niño, Gilberto no era ciego ante las necesidades económicas y la difícil vida que enfrentaban en una colonia “tan brava” como la Genaro Estrada, por ello siempre buscó la forma de ganar dinero para aportar a su casa con la esperanza de eventualmente sacarlos de la precaria situación que vivían.

“Yo veía a mis padres que trabajan muy duro y no tenían mucho dinero para aportarnos entonces fue yo desde niño fue cuando dije ‘Yo tengo que cambiar esto, si es un patrón tiene que cambiar”, recuerda el boxeador a sus casi 27 años de edad.

“Salir adelante, incluso salirnos de ese barrio porque quería una mejor oportunidad de vida, para mí y para mi familia”.

Y lo logró gracias al boxeo, pues después de cuatro años de entrenamiento ya estaba listo para ser un profesional, aunque no fue hasta sus 18 que debutó.

“Desde que tengo uso de razón yo siempre supe que quería ser alguien en la vida que quería ser una persona exitosa, que quería algo diferente de lo que tenía”, dice El Zurdo, quien asegura sentirse más identificado con su apodo que con su nombre.

Pero no fue fácil. Renunciar a la vida de adolescente, a las desveladas y a las diversiones que todos sus amigos disfrutaban mientras él entrenaba constantemente fue un sacrificio que tuvo que realizar.

“Antes de ser profesional, pues como todo joven, todo joven rebelde que quería salir, se iba en la noche de fiesta, con mujeres, pero pues va cambiando todo eso. Va cambiando porque quieres algo mejor, porque quieres algo diferente. Entonces tienes que dejar a un lado lo malo y agarrar lo bueno para seguir por el buen camino”.

Así, lo que inició como su única escapatoria de la pobreza se convirtió en la pasión de su vida.

“Nunca me visualicé llegar tan grande”, confiesa, “No me visualizaba, hasta que poco a poco me fue cayendo el 20 de decir ‘Yo quiero esto’, de ver una persona famoso y decir ‘Yo quiero ser famoso’. Y luego darme cuenta de que lo que realmente quiero es ser exitoso en todo lo que haga, quiero llegar más lejos y más lejos”.

Siendo campeón mundial, Gilberto podría entrenar en un gimnasio de alta tecnología, pero a una semanas de defender su título por cuarta ocasión visitó su ciudad natal unos días y se refugió en su antiguo y modesto gimnasio, Zapari Box, donde continuó su entrenamiento después de que el gimnasio Dr. Solórzano cerrara sus puertas.

“Tengo lo que necesito y no necesito más, no necesito lujos”, aclara.“Hemos llegado a gimnasios que están muy bonitos y todo, pero pues no se siente igual, porque igual vienes y sudas, pero es como en casa estar en un gimnasio como éste”.

Sobre la vida de famoso, como algunos podrían calificar su estatus actual, debido a su gran éxito profesional, El Zurdo asegura que hay que tener cuidado de no perderse en la fama.

“Los focos te iluminan y pueden hacerte cambiar. Se te acerca mucha gente. Llega un momento en que ni siquiera gastas, todo te invitan, te sobran amigos y llegas a tu casa pero igual estás solo”.

Por eso Gilberto busca regresar un poco de la buena fortuna que le ha dado la vida del box, y eso fue precisamente lo que lo llevó de vuelta a su antigua primaria: la idea de motivar a las nuevas generación.

“Quiero dejar semillitas de motivación para los jóvenes”, expresa,“que vean que cualquier persona puede sobresalir, que si tú quieres salir adelante lo vas a lograr. Yo salí de esta primaria, así que para mi es muy importante que me vean los niños y sepan que ellos también pueden lograrlo”

Para él es importante que los jóvenes reconozcan su potencial y no se rindan ante los golpes que puedan recibir en la pelea de la vida.

“La pelea de la vida es igual para todos, a veces hay altas, a veces hay bajas, pero siempre hay que estar manteniéndose, tener el pie adelante siempre y seguir luchando”, comenta el boxeador.

Llegar a ser campeón no es nada fácil, pero la verdadera pelea es mantenerse en la cima, ahora sólo queda prepararse y dar lo mejor de sí cuando suene la campana.

“Nunca me he visto como perdedor, siempre como ganador. Esa palabra no está en mi vocabulario, perder no es una opción”.

El 30 de junio, El Zurdo Ramírez se enfrentará a Roamer Alexis Angulo para defender por cuarta vez su título de la OMB en el Chesapeake Energy Arena, sede de los Oklahoma City Thunder de la NBA.

La Urbe

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