Adolescentes mexicanos de escasos recursos con adicciones o problemas familiares son la base del proyecto Ángeles de la Ciudad, un equipo de fútbol que busca talentos en comunidades marginadas para rescatarlos o evitar que caigan en vicios.
"Nuestro objetivo es ayudar a los jóvenes desde la niñez y hacerlos conscientes de que el alcohol y las drogas te van a llevar a un mal camino", contó José Luis "Parejita" López, exfutbolista profesional y auxiliar técnico de la escuadra capitalina.
El club, ubicado en el lugar 32 de la clasificación de la Tercera División de fútbol mexicano, ha sido "un proyecto que ya ha tenido sus logros", según cuenta el bicampeón con los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2004.
La escuadra que es dirigida por su padre y también exfutbolista José Luis "Pareja" López, da oportunidad a futbolistas llaneros y les brinda "una nueva forma de vida".
Sobre todo, asegura "Parejita", les ayuda "a crearse una disciplina, y a que se hagan conscientes de que se puede salir adelante, que pueden ser un ejemplo para la sociedad".
El equipo, que surgió hace casi un lustro y hasta ahora cuenta con el apoyo del Gobierno de Ciudad de México, recluta a jóvenes de entre 15 y 19 años de escasos recursos y, según el exjugador, ya ha rendido algunos frutos.
"Algunos de nuestros jugadores se han dedicado a estudiar también y ya son licenciados, otros están en la Major Soccer League (MLS) de Estados Unidos, y la idea es que sigamos siendo competitivos y que los chavos tengan ganas de ser profesionales", asevera.
"Parejita" considera que esta guía es fundamental no solo para los jóvenes en situación vulnerable, sino también para los futbolistas profesionales que muchas veces ven terminadas sus carreras debido al alcoholismo.
"Muchos no se dan cuenta de que esto es una enfermedad. Lamentablemente en el fútbol te llegan las cosas muy fácil y puedes perder fácilmente el piso. Muchos futbolistas creen que el fútbol es eterno, pero eso no es cierto", argumenta.
Si bien el ahora auxiliar técnico asegura no haber probado alcohol en su vida, sí considera que en ocasiones incentivó a quienes lo rodeaban para consumir alcohol.
"No es que yo les diera de tomar; más bien que yo les pagaba las cuentas y lo hacía por estar bien y salir con mis amistades. Pero cuando me di cuenta de que el que estaba mal era yo dejé de hacerlo", admite.
Del mismo modo, recuerda que muchos jugadores que él conoció echaron a perder su carrera debido a esta enfermedad.
"Tenía un primo político, muy talentoso, que debido a su alcoholismo ningún equipo lo quiso. También recuerdo lo que le pasó a mi amigo César Andrade: un accidente debido al alcohol que lo llevó a perder la pierna", señala.
En noviembre de 1999 Andrade, entonces jugador del Atlas, fue a un bar con un amigo a tomar unos tragos. Al salir sufrió un accidente automovilístico debido al cual perdió la pierna derecha.
Andrade tenía 21 años y poco menos de un año de haber debutado.
"Parejita" reconoce que el equipo en que participa ha representado una manera de ayudar a los jóvenes que no tienen muchas opciones y de retribuir al fútbol y a la sociedad todo lo que este deporte le dio.
"Ahora quiero ayudarle a los jóvenes porque son el futuro de México. Estoy para aportar un granito de arena", afirma.
Revela que cuando algunos jóvenes llegan al equipo no estudian, pero al ver que la mayoría de los jugadores de la plantilla están en la escuela se animan y entran a estudiar.
Mientras que para otros, el equipo se ha convertido en su nueva familia, pues antes de convertirse en jugadores de alto rendimiento se drogaban o no tenían dónde vivir.
EFE