Si eres mexicano y sinaloense tal vez alguna vez has escuchado la expresión “Eres bien chaka”, y si es así tal vez le has atribuido un significado positivo, definiendo “chaka” como a alguien de habilidad superior, “que se la rifa”, “que saca la chamba”, que es exitoso o logró algún objetivo o en palabras aún más pintorescas como alguien “chingón”.
Pero aunque se dice que el término surgió en Sinaloa, alrededor del 2000, en el centro de México, específicamente en barrios de la Ciudad de México, como Cuauhtémoc, Naucalpan o Coacalco, evolucionó hasta convertirse en una subcultura con características que nada tienen que ver con la expresión original.
Se trata de un grupo de jóvenes que se caracteriza por una vestimenta colorida y extravagante en cuando al uso de marcas comerciales, a pesar de que algunas de ellas puedan ser piezas no originales,ostentosa en el uso de alhajas, que en su mayoría suelen ser también de fantasía, y cortes de cabello en los varones que son descritos como una variación de mohawk; pero sobre todo son reconocidos por su devoción al santo San Judas Tadeo, el cual llevan como bandera de forma decorativa incluso en su ropa o su joyería.
Existen diferentes versiones de los origines de la palabra “chaka”, aquellos que lo ven como algo negativo, los tachan de “cholos” por ser un grupo al que constantemente se liga al reggaetón y a actividades delictivas, sugieren que proviene de “chacal”, un animal que en la cultura popular ha sido relacionado con la figura del diablo. Sin embargo, existe quienes ven a los “chakas” como un grupo de incomprendidos, que al igual que otras subculturas como “pachucos” o los “punks” han sido discriminada o estereotipados.
De hecho, existe una leyenda maya, conocida como “La Leyenda de Kinich y Tizic”, en la cual dos hermanos con actitudes muy diferentes, el primero amable, bondadoso y respetado por su pueblo, y el segundo de corazón frío y con un carácter iracundo, al morir en duelo por el amor a una mujer renacieron en forma de árboles: Tizic se convirtió en un chechen que secreta veneno dentro de sus ramas, mientras que Kinich tomó la forma de un chacah, cuya savia tiene propiedades curativas.
En este sentido, “los chakas” puede entenderse como un grupo que no busca hacer mal. Una subcultura que va más allá de una moda, pues han evolucionado con el paso de los años y su permanencia es más fuerte que nunca. Tanto, que en la última campañas electorales presidenciales tuvieron presencia cuando el youtuber “El Chavo Chaka” lanzó un promocional en pro del Partido Acción Nacional como respuesta al video de “La Niña Bien” que apoyaba a López Obrador.
La devoción de este grupo por San Judas Tadeo llega a tal grado que a pesar de que la gran fiesta de este santo es el 28 de octubre, “los chakas” como bueno feligreses acostumbran ir cada día 28 del mes al templo de San Hipólito, en el cruce de Reforma y av. Hidalgo en la delegación Cuauhtémoc.
Como se mencionó anteriormente la discriminación hacia los “chakas” se debe principalmente a que se les relaciona con el consumo de drogas y actividades, pero dichos hábitos son precisamente eso, hábitos, los cuales pueden ser desarrollado por cualquier persona independientemente del grupo con el cual se desenvuelva.
Decir que todos los “chakas” son drogadictos, nacos o delincuentes es una generalización que lejos de levantar la moral de dichos jóvenes los aísla y deja vulnerables justamente ante sustancias tóxicas y grupo del crimen organizado, quienes les ofrecen aceptación y sentido de pertenencia.
Así que, si en verdad te crees muy “chaka”, no discrimines y respeta otras costumbres, es más “chaka” ser ecuánime y no juzgar a otros por su apariencia.