El payaso no es como lo pintan

Por: Olivia Guzón

Publicado en Estilo de Vida, Vídeos el Martes 18 Septiembre 2018, 4:00 Pm

Rostro pintado de colores, traje vistoso, peluca o sombrero, zapatos de gracioso tamaño y, por supuesto, nariz roja: el payaso siempre ha sido una figura polémica que raya entre lo cómico y lo tétrico.

Sin embargo, a pesar del estigma terrorífico que se les ha impuesto, aún existe quienes desarrollan la profesión con la única intención de hacer reír a los niños.

Este es el caso de Jesús Mario Pérez Amarillas, mejor conocido como Tetulín, un joven de 25 años, originario de Culiacán Sinaloa, quien a pesar de haber estudiado la licenciatura en administración de empresas encontró su pasión en la profesión de payaso.

“Al principio no estaba muy de acuerdo mi familia”, expresó mientras se maquillaba el rostro para convertirse en su alter ego, “porque mucha gente ve esta profesión como algo denigrante”.

Caracterizado como Tetulín, Jesús cumple su sueño de hacer reír a niños y adultos, aunque la reacción del público no sea siempre la esperada, sobre todo cuando hace show en los camiones y plazas.

“A mí me ha tocado mucho y muy seguido de que me he subido a las unidades a trabajar y muchas personas me dicen -Hey ponte a trabajar, no seas flojo, tienes manos, tienes piernas, ponte a hacer algo bien-. Es ahí donde sí como te sientes mal”, comentó.

“Lo ven como algo de que -Estás de okis aquí, vienes haces tu show y según tú estás trabajando-, y no es así. Osea esto es una profesión y se hace con mucho respeto”

Y es que muchos confunden al payaso con aquellas personas que simplemente se disfrazan de payaso para pedir dinero.

“El payaso por necesidad es la persona que solamente utiliza o hace mal uso del maquillaje y de un vestuario […] El maquillarse o usar pintura en el rostro es algo ya de más respeto, es algo que lleva en sí un seguimiento: de saber manejar lo que es un payaso, saber lo que es una broma, saber tratar al público y saber tener paciencia”,comentó Tetulín, quien ya lleva 9 años dedicándose a ser payaso.

Por si fuera poco, además de luchar contra la ignorancia que rodea la profesión, los payasos también tienen que pelear contra la mala reputación que el escritor Stephen King les dio al crear al icónico payaso asesino “Eso”, el cual ha sido llevado a la gran pantalla en múltiples ocasiones, recientemente en el 2017 rompiendo récord en taquilla con más 700 millones de dólares.

“Sí nos ha afectado mucho, la verdad sí nos afectó mucho al principio porque sí metieron mucha psicosis en los niños, más que nada”, dijo Tetulín, quien se considera un payaso del tipo augusto, característico por su maquillaje colorido, mientras que el payaso que tanto aterroriza a niños y adultos es el denominado “cara blanca”.

“Incluso a veces uno sale a las calles y -Hey payaso asesino-, te empiezan a gritar”.

Por ello, Tetulín remarca que hay que aprender a distinguir entre el maquillaje de payaso y las máscaras, que suelen emplearse en Halloween o incluso durante robos, así como también diferenciar entre el vestuario de payaso y un disfraz.

“Hoy en día lo que me ha tocado ver en varias ocasiones es de que usan el payaso como para asaltar, ya sea empresas o negocios comerciales”, dijo con tristeza, “están haciendo mal uso de eso, entonces son puntos malos para la profesión del payaso porque luego luego te dice -Ay el payaso se va subir a asaltar al camión-, osea ya le metes hasta miedo a la gente”.

La vida del payaso no es fácil, aquellos que han invertido tiempo y educación en su formación tienen que soportar desde niños groseros que los jalonean e insultas, hasta adultos que desgraciadamente no reaccionan de manera positiva a sus bromas.

Tal fue el caso de una fiesta privada en la que participó Tetulín en San Pedro Navolato, Culiacán, hace unos cinco años, donde ya a entradas horas de la madrugada un hombre que insistía en interrumpir su show de comedia reaccionó de manera violenta cuando él respondió con una broma.

“Yo siempre en los show trato de no meterme con el público, trato de darme a respetar para que de igual manera no me falten al respeto, pero en este caso le contesté a esta persona de forma cómica y que se me deja venir con un arma de fuego”, recordó el payaso, ahora con cierta gracia.

“Afortunadamente no pasó a mayores, pero aún así salimos con la mala espinita de que nos fueran a seguir en el camino o algo así, traíamos ese miedo”.

Otro gran obstáculo para los payasos es el fenómeno de las animadoras, pues ahora se ven en la necesidad de competir con personajes caracterizados de programas o películas infantiles e incluso hasta de payasitas, quienes brindan un servicio por un precio mucho menor al de un show profesional de payaso.

“Las agencias de animación sí nos están pegando mucho porque están utilizando precios muy bajos, entonces el cliente prefiere irse por lo bajo, ya cuando una vez termina su evento es cuando le cae el veinte de -Sabes qué hubiera contratado el payaso-, porque se van con la idea de que divertir y animar es lo mismo, y no es así”.

Mientras que las animadoras se dedican realizar concursos o simplemente motivar a los niños con canciones, un payaso es quien verdaderamente los hace reír. Es la figura que a través de un show de comedia, utilería, actos de magia y malabares logra que tanto niños como adultos suelten la carcajada, algo que difícilmente logran las botargas o los personajes disfrazados.

“La profesión del payaso es muy noble, la verdad si lo haces con gusto, si lo haces porque en verdad es tu profesión sí te va bien”.

“Yo tengo familia, tengo un hijo pequeño, de un año y medio, y sí a veces sí te la ves algo duro, muy pesado, porque es cuando no hay casi trabajo, pero para tener lo poquito o lo que de verdad ocupas, la verdad sí, no creas que nos damos mala vida tampoco”, dijo el payaso, quien tiene un espectáculo cada domingo en el Parque Las Riberas, en Culiacán.

En cuanto al trabajo en los camiones, la recompensa es mayor de lo que uno podría pensar desde 50 hasta 150 pesos por camión, si bien les va, pero no es trabajo fácil.

“Lo más difícil es conectar con la gente rápidamente, porque si no conectas rápido el show no va a funcionar, tienes que llegar y romper ese hielo inmediatamente”,comentó.

En el caso de Tetulín, su show en los camiones es algo “colorado”, pues utiliza movimientos afeminados para acompañar sus chistes que suelen tener “doble sentido”, algo que los pasajeros en Sinaloa parecen disfrutar hasta las carcajadas.

“La verdad la gente en Sinaloa así es, le gusta el desastre, agarrar cura, el cotorreo, que seas así aventado, que no te de pena nada, eso es lo que le gusta a la gente”,expresó tras un exitoso show de unos minutos a bordo de un camión en Mazatlán.

Al final del día, la risa sigue siendo la mejor medicina, por ello, además de sus shows privados, Tetulín no se cansa de andar en camiones dando un poco de alegría a aquellos que en sus mentes llevan alguna preocupación o algún pesar. De igual manera, suele visitar hospitales para animar a enfermos terminales, aplicando lo que se conoce como “risoterapia”.

“Yo creo que el payaso nunca va a acabar porque siempre va aquí en el mundo a ocupar ese lugar de que es la persona encargada de hacer reír a las personas, de llevar la felicidad a todas las gentes, a todo el mundo a todos los lugares”,declaró con firmeza.

Y tanto es la pasión de Tetulín por la cultura del payaso, que de llegar su fin en esta vida, sólo pide una cosa: ser uno de sus ángeles cómicos de Dios, “para hacer reír a los de arriba”.

La Urbe

También te puede gustar...

noviaspc.jpg

El 'sí, acepto' que cambió la historia

Su boda puede que haya cambiado al País, y México aún no lo sabe

zurdopc.jpg

El Zurdo Ramírez y la pelea de la vida

Así inició todo; a sus 12 años entró a clases de boxeo en el gimnasio Dr. Solórzano para aprender uno que otro golpe que le ayudaran a salir vivo de los pleitos entre cholos. Hoy es campeón del mundo.

pc.jpg

Tarolas y balas, la vida de los músicos sinaloenses

Entre los músicos existe un código y éste implica que ellos no dejan de tocar hasta que se les solicite, pues han aprendido que ésta es la mejor forma de salvar sus vida: “correr no es una opción”.

Comentarios